Hay secretos que vale la pena compartirlos para disfrute de todos. Siempre fui coleccionista de cosas insólitas.
Recuerdo que cuando era pequeño llegué a tener una colección importante de tarjetas postales de buques que visitaban nuestro puerto. Me quedó gran tristeza cuando en una mudanza perdí aquel tesoro. Con los años no he perdido la sana costumbre de rodearme de objetos que me llamaran la atención.
Como ejemplo de ello, a continuación aporto imágenes de una colección de El Principito (mi libro por excelencia).